Sorprenderme es poco. Las cosas que ocurren con protAgonizo
desde luego que parecen de chiste. Me ha escrito un hombre de Quito (Ecuador),
director de escena, para pedirme los derechos y realizar allí un montaje de
protAgonizo con tres actrices. Hace un par de años me escribió también una
actriz desde Argentina preguntando lo mismo con la intención de representarlo
ella allí en forma de monólogo. En aquel momento la dije que esperara un poco
pues yo estaba tratando de ir con nuestro montaje a Argentina, que era un sueño
que me gustaría cumplir. A pesar de los intentos no he podido conseguir mi objetivo y su mail se
enterró entre otros miles que fueron llegando perdiendo su pista. A veces me he
acordado de ella. Claro está que me gustaría sacar el espectáculo fuera de
España y tener la experiencia de girarlo internacionalmente, pero si yo no
puedo conseguirlo mejor que lo hagan otros, claro está. También será bonito y emocionante ver lo que crean otros a partir de ello.
En la imagen las ruinas del Teatro Simón Bolívar
de Ecuador (inaugurado el 15 de abril de 1933). Podéis (leer aquí su historia). El 8 de
agosto de 1.999 este bello teatro padeció un gran incendio producto de una fuga
de gas del local comercial de la planta baja del mismo edificio ocupado por la
multinacional Pizza Hut que aniquiló el 70% en todas sus instalaciones. Qué fin
tan trágico y por otro lado tan metafórico de los tiempos que corren. Un coloso
teatral de tal envergadura devorado por una pizza!!! Aún así, qué sugerentes sus
ruinas, y qué inspiradora escenografía... El espejo del mundo alzándose sobre
las ruinas de Troya. ¡Ave, Fénix!
viernes, 10 de mayo de 2013
miércoles, 8 de mayo de 2013
Una mesa
Ya estamos de vuelta de Zaragoza. Como os contaba en la última entrada,
hacía seis meses desde la última actuación de protAgonizo. Tenía
un poco de preocupación de que me fallara la memoria, o de haber perdido
facilidad, capacidad de improvisación y fluidez con él. No ha sido así, las
funciones han ido genial y me he divertido mucho jugando con las pequeñas cosas
que nos brinda el directo, cosa que funciona estupendamente en este
espectáculo. Nos han sacado una buena crítica en el Heraldo (pincha para leer). Da alegría que guste desde el punto de vista profesional,
pero lo que más contenta me pone es sentir de nuevo cómo este espectáculo hace bien
a la gente y la emociona.
Paseando el otro día por las calles de Zaragoza recordé que hacía ya seis años desde la última vez que había estado por allí. Estábamos haciendo unas funciones de El Burlador en el Teatro Principal (una producción del Teatro de la Abadía en la que participaba como actriz). Era por aquel entonces que estaba en pleno proceso de escritura de los textos de Yo prota-agonizo. Recuerdo que estuve en un bar tomando un café mientras escribía una escena. Recuerdo la mesa: estaba hecha con una gruesa madera rubia a la cual debía de hacer siglos que no la pasaban una bayeta pues estaba muy, pero que muy pringosa. Paradójicamente el recuerdo de aquella sensación tan desagradable me resulta ahora muy agradable. Quién iba a sospechar en aquel momento que seis años más tarde aquella mesa viniera a ser revivida aquí, ahora, con vosotros, o que aquel escrito viniera a ser parte de un espectáculo con el que volvería seis años más tarde a Zaragoza.
Paseando el otro día por las calles de Zaragoza recordé que hacía ya seis años desde la última vez que había estado por allí. Estábamos haciendo unas funciones de El Burlador en el Teatro Principal (una producción del Teatro de la Abadía en la que participaba como actriz). Era por aquel entonces que estaba en pleno proceso de escritura de los textos de Yo prota-agonizo. Recuerdo que estuve en un bar tomando un café mientras escribía una escena. Recuerdo la mesa: estaba hecha con una gruesa madera rubia a la cual debía de hacer siglos que no la pasaban una bayeta pues estaba muy, pero que muy pringosa. Paradójicamente el recuerdo de aquella sensación tan desagradable me resulta ahora muy agradable. Quién iba a sospechar en aquel momento que seis años más tarde aquella mesa viniera a ser revivida aquí, ahora, con vosotros, o que aquel escrito viniera a ser parte de un espectáculo con el que volvería seis años más tarde a Zaragoza.
Rombo zaragozano en la fachada de una iglesia
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