6 meses hace desde la última actuación que hemos tenido de
protAgonizo, fue en Piedras Blancas, Asturias. Esta vez viajaremos rumbo a Zaragoza para hacer dos funciones en el
Teatro de la Estación; serán este próximo finde (4 y 5 de mayo) a las 20:30h.
Es muy curiosa esta sensación de tener dos espectáculos en repertorio (
Todas a la una y
protAgonizo) y con ello tener que cambiar el chip de la memoria, del código, del estado emocional, del punto de vista, etc. de un día para otro o de una semana para la otra (última actuación de
Todas a la una fue la semana pasada en Segovia). Máxime cuando también ando estos días ensayando de manera intensiva
un Calderón con otra compañía.
Pero también se puede hacer un espectáculo de esto..., y es que, hace un par de días me invitó un amigo profesor de la ESO en el Instituto de la SERNA (Fuenlabrada) a hacer algo de teatro para los cursos de secundaria (175 fierecillas de 16 años). El evento se celebró en el
Centro Cívico de Fuenlabrada. Pensé que sería interesante acercarles el teatro desde la experiencia de una actriz cualquiera y lo que anda haciendo actualmente por los escenarios, un poco en el ánimo de romperles esa imagen que tienen de que ser actor es sólo salir en la tele o ser famoso; por otro lado esto me permitiría escenificarles y hablarles de diferentes géneros teatrales. Armé un espectáculito transitando por algunas escenas seleccionadas de
protAgonizo (textos escritos por la misma actriz que los representa) saltando a otras de
Todas a la una (textos de autor contemporáneo: Agustín García Calvo); después canté un romance anónimo de tradición oral que me dio juego para saltar a las comedias de Lope (El caballero de Olmedo) y Calderón (A secreto agravio, secreta venganza). Con ese repertorio me senté en la fila de atrás a esperar que llegaran. Cuando los vi entrar en el teatro, con esa energía desbordándose en risas y empujones pensé: ¡madre mía en la que me he metido! Tenía pactado con el técnico empezar, una vez estuvieran sentados, con un largo oscuro. Tengo el agradable recuerdo de una vez que nos llevaron -cuando yo era pequeña- a ver una actuación en el salón de actos de mi colegio. Antes de empezar se hizo un oscuro total y todas las niñas nos fundimos en un grito descomunal. Yo creo que aquel momento de emoción tan fuerte fue una de las cosas que me llevaron a dedicarme al teatro. Así fue que el otro día aquel grito se pronunció de nuevo en la oscuridad total. Tras el alarido comenzó suave el espectáculo en el que incondicionalmente se sumergieron, no se escuchaba una mosca, estuvieron -para mi sorpresa- súper atentos. Al terminar convoqué a algunos voluntarios para que subieran al escenario a hacer alguna práctica que también llevaba preparada. No sabía si se animarían... Y tanto!, salieron en tropel. Disfrutaron de lo lindo actuando para sus compañeros y estos viendo a sus compañeros actuar. También nos dio para hacer un coloquio y responder a algunas preguntas que llevaban escritas en un papelito (ternura). Qué público más bueno y qué bueno poder ofrecer un algo de desengaño a través del teatro en esas edades en las que se está abierto en canal, con la presión de que el mundo y la sociedad está obligando a decidirse y a definirse como ser adulto. No me importaría volver a realizar esta actividad,
Repertorio, que me ha dejado tan buen gusto en cualquier instituto que pueda estar interesado.
Máscara neutra. Jaques Lecoq