Estoy alucianada! esto no lo imaginaba ni por lo más remoto. Lo que más contenta me pone es ver la fuerza que tiene el teatro, su poder. Al escuchar a la gente después de haber visto la función y verles emocionados, conmovidos..., se siente al teatro como algo necesario. Se reavivan las ganas de seguir luchando por él. Para mí, hacer cada día esta función, está siendo una clase de hora y 20 que dura el espectáculo; una oportunidad magnífica en la que aprendo un montón. Os doy las gracias a todos por este regalo.
Un descubrimiento que se me está haciendo, o eso me parece, palpable: El actor es un ser anónimo. La verdadera magia del teatro se produce ante uno mismo y ante el público cuando uno logra quitarse del medio, entonces "el desconocido" se presenta sorprendiéndonos. Algo así como en el amor. Esto me sale decir. e
viernes, 27 de noviembre de 2009
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