El domingo pasado fue la última función en la Triángulo. Vinieron 65 personas, un público muy bueno. Desde el principio se notaba que estaban muy entregados. Por el contrario, a mí me costó un poco entrar; tenía un trancazo tremendo y un montón de medicinas en el cuerpo. La voz no me daba de sí todo lo que quería, sobre todo en las canciones. Todo esto me hizo sentirme bastante descolocada en un principio pero, poco a poco, me fui dejando; entonces asumí esa circustancia con la más absuluta tranquilidad, sin pretensión de querer hacer la función acostumbrada. Fue una maravilla, descubrí un montón de matices nuevos que ese estado en el que me encontraba me ofrecía. "No hay mal que por bien no venga", dicen. Vino a ver la función Javier Jimeno Maté, alias Diablo, pincha en la foto para ver el reportaje de fotos tan bonito que hizo. A la salida me esperaron un par de personas que me dejaron impresionada con sus comentarios, a corazón abierto me contaban todo lo que se les había movido por dentro. Ya sólo por eso habría merecido la pena este viaje.
Foto: Diablo (http://www.diablo.es/) ¡Gracias Javier!
martes, 21 de diciembre de 2010
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