Foto Luís Malibrán (pincha en la foto para ver más)
Estas son las primeras fotos que hice para empezar a promocionar protAgonizo, hace lo menos año y medio. Tenía el texto ya, pero no había empezado a ensayar. Sabía que iba a contar cosas que yo misma me tenía autocensurado incluso pensar, no digo ya sentir y menos hacer público sobre un escenario. Sabía que quería envolver todo ello con un perfume a revista (género teatral en el que debuté); incluso que me serviría de hilo conductor, musicalizando algunos textos con melodías que recordaran aquello. Por eso utilicé esta línea estética o código cabaretero añejo, extinguido y disonante incluyendo la banda negra que ponía la censura franquista sobre los pechos de las mujeres que osaban enseñarlos en la época del destape (época de mi infancia) y los dos rombos con los que nos mandaban a los niños de entonces a la cama pronto y sin ver la peli. También jugué con la imagen del mito de Narciso mirándose en la charca, en este caso la charca de la actriz es el espejo de un camerino al que he llamado “final”, por acontecer en él una rotura de su máscara al multiaparecerse en ésta todas las que ha sido a una misma vez: ninguna o cualquiera por tanto. Utilicé estas fotos para los carteles, dossier y portada del libro. No fue una buena idea. En las salas alternativas que lo ofrecí tacharon al espectáculo de no encajar en su línea de programación sin siquiera haber visto la función o el video: se presupuso por las fotos que se trataba de un espectáculo frívolo, cabaretero sin más, no propio para estos teatros de programación arriesgada. Yo empecé como bailarina de revista y quise hacer un homenaje a este Género ínfimo que tanto marcó una época de mi vida, reviviéndolo como a otros tantos capítulos. En el actual dossier he cambiado las fotos por otras del espectáculo en vivo para evitar que se caiga en esa presunción, pero en estas estoy desnuda, lo que significa otro problema: el desnudo tampoco encaja en muchas líneas de programación o asusta bastante, ya lo hemos hablado en otras entradas anteriores. Ahora, para esta reposición en la Triángulo, sé que voy a seguir jugando con la imagen de los dos rombos, logo del espectáculo, tengo ya alguna idea para las pintadas a tiza con las que voy a invadir las aceras y calles de Lavapiés (desde primeros de mes), barrio en el que se encuentra situada la sala Triángulo, ya os las iré contando. Me gusta mucho esta parte del márquetin, es el único que me gusta vamos, la parte creativa, pensar en la imagen publicitaria junto con las acciones y performances que la acompañan. Forman parte del espectáculo.
lunes, 19 de abril de 2010
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Lo aparente y lo transpanente
Transparente, etimologicamente tras las apariencias como contraposición a lo aparente, lo que se muestra a primera vista y que puede llevar a dudas o ambigüedades. La ambigüedad como juego no está mal, y ya que hablamos de teatro, dentro de éste puede dar un magnífico resultado a determinados personajes.
Pero cuando por ejemplo examinamos una fotografía, ésta nos da una primera información básica basándonos en la fisionomía, la vestimenta y el marco en el que ha sido tomada; podemos imaginar a través de éstos datos tal vez una historia alrededor del personaje, pero será nuestra imaginación más o menos prolija la que construya una historia que puede o no acercarse a la realidad.
En el caso de ProtAgonizo no es la foto lo que nos lleva a la veradera esencia de la obra, quizás incluso nos confunda si nos dejamos llevar sólo por lo aparente. Precisamente lo que destila la obra de Ester es transparencia por los cuatro costados. Una propuesta arriesgada porque desnuda el cuerpo y el alma de la actriz-personaje, porque esa transparencia dividida en mil pedazos se multiplica para ofrecerse al espectador en toda su dimensión humana y profesional a lo largo de toda una vida.
Insisto una vez más, lamento profundamente que los programadores no se tomen la molestia de vislumbrar lo que hay tras la foto de una hermosa mujer “investida” de vedette, y que por ello haya espectadores que se pierdan éste hermoso y digno trabajo.
Los que ya la hemos visto seguiremos disfrutándola, recomendándola y agradeciendo a salas como La Triángulo, que hayan visto más allá de las apariencias. A ver si otros se animan …
Chon
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