Ante una ruina, uno siente que está asistiendo como espectador privilegiado de lo inapresable: no está ya el pasado, el presente se tambalea, no hay futuro. Solo un desmoronamiento que nos habla poéticamente de nuestra propia sombra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

1 comentario:
Gracias, muy interesante.
Publicar un comentario