Dicen que la luz viaja a 300.000 km por segundo, que las estrellas que vemos son la luz de astros que murieron hace cientos, incluso miles de años. Aquella mirada tuya duró sólo un instante que se ha quedado prendido fuera del tiempo en algún lugar de mí, al que volver es mirarte, mirada mirada. Y no sé qué veo en ti, que algo de mí se pierde, loca de mí, para ser descubierta, encontrada.
Un instante capturado fuera de quien osó medirlo, el destello de un astro desconocido del que no se sabe distancia ni localización ¿A qué velocidad viaja una mirada? ¿Viaja? ¿... o quizá ya estuviera aquí? ¿Dónde no estamos, entonces, que no nos vemos?
viernes, 19 de febrero de 2010
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