jueves, 4 de febrero de 2010
Escenario
¿Por qué cuando éramos pequeños y nos subíamos a una piedrecita llamábamos excitados desde allí arriba a mamá: "¡Mamá, mira!", o lo mismo antes de tirarnos a la piscina desde el bordillo o el trampolín? ¿Por qué se sube uno al escenario? ¿Qué tiene un escenario para que a unos les fascine tanto y a otros contrariamente les repela? Hay una contradicción en esto. Por un lado está el placer de jugar a desaparecer, de dejar de ser uno para ser otro cualquiera, pero por el otro está la posibilidad de ser reconocido, es decir, de Ser. La contradicción se muestra vivamente, convirtiéndose uno en un escenario de la contradicción.
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