La penúltima llamaban los cómicos, cuando yo empezaba en el teatro, a la última representación de una obra teatral; supongo que por mantener cierta esperanza de que pudiera salir algún bolo más, por superstición o simplemente para quitarle hierro al asunto: desprenderse de un personaje y separarse de él da penita. En este caso, que hayamos terminado en El Montacargas no quiere decir que protAgonizo acabe; seguimos dando coletazos: tenemos un bolo el día 26 de febrero en la Iglesia de San Nicolás (Segovia) y varias cosillas por ahí pendientes.
Contaros que en la función de ayer mantuvimos las butacas con público en el escenario (como el día anterior, que como os conté, tuvimos que ponerlas por necesidad): funciona muy bien, yo creo que lo vamos a incorporar cuando el espacio lo permita y sugiera.
Os cuento una anécdota de la función de ayer: al llegar a casa me he encontrado en el teléfono con un mensaje de una chica diciéndome que ella y su novio eran dos de los acomodados en el escenario, y que el novio se había aprendido de memoria el nº de teléfono que saco escrito en una de las escenas: llamaban para comprobar si efectivamente era mi nº de teléfono. Les he devuelto la llamada y nos hemos saludado. ¡Qué memoria!
Quiero desde aquí agradecer al Montacargas por habernos dado escenario y a todo su equipo por el calor con el que nos han acogido. Gracias también a Andrés (el técnico) por su compromiso e implicación, a La Chariki por su incondicional apoyo, a los amigos que han acompañado y al público que ha asistido a las representaciones del Montacargas: 1.121 espectadores. Besos a todos. e
domingo, 14 de febrero de 2010
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1 comentario:
Me alegro mucho del éxito de público. Hasta la penúltima ha habido llenazo, qué bueno. No me extraña, te lo has currado. Aún le quedan bolos a Protagonizo, seguro. Esto no se ha acabado.
Besos.
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